Pontigo ~ Deus Ex Machina (Exposición y mercadillo de cámaras)
Del 4 JUL. hasta el 1 AGO. Abierta de 17.30 a 20.30, de lunes a viernes. Inauguración: 4JUL. a las 19.30.

El próximo viernes 4 de Julio, a las 18,30, inauguramos Deus Ex-Machina, con fotografias de Pontigo y un excitante mercadillo de cámaras «analógicas». Una celebración de la Fotografía Química comisariada por Edu Fernández. La exposición y el mercadillo de cámaras clásicas se prologará hasta el 1 de Agosto.
Pontigo ha transitado los mejores momentos del delicado arte de la copia fotoquímica, autodidacta y explorador del paisaje, comparte con nosotros un puñado de golosas copias, visión, evocación y ensoñación a un tiempo. Claves del arte de la Fotografía.

La obra de Pontigo es el resultado de una vida entera dedicada a la imagen. Formado al margen de las instituciones tradicionales, su trayectoria se forjó a través del autodidactismo riguroso y la investigación individual que atraviesa décadas de práctica fotográfica. En su mirada conviven la paciencia del artesano y la lucidez del minucioso observador.
El paisaje, en sus imágenes, no aparece como mero decorado, sino como cuerpo sensible: escenario y sujeto a la vez. Ya sea natural, urbano, el entorno se convierte en una forma de pensamiento. Pontigo lo capta con una precisión técnica que no busca solo exhibición, sino profundidad. Sus fotografías revelan una comprensión íntima de la luz, la materia y el tiempo, elementos que maneja con la delicadeza de quien ha aprendido a buscar el esplendor en la realidad.

La técnica, lejos de ser solo herramienta, es en su caso una ética. Cada ajuste, cada encuadre, cada revelado responde a una lógica elaborada a lo largo de los años como una forma de conocimiento tácito. Y es a través de la composición —cuidadosa, silenciosa, a veces mínima— que su obra alcanza un equilibrio formal sin renunciar a la emoción.
La fotografía de Pontigo se impone como una invitación a mirar con detenimiento, a leer el paisaje como si fuera un texto. Su obra, tejida a lo largo del tiempo, nos recuerda que ver es también habitar, y que toda imagen verdadera exige una forma de entrega.

En este contexto, Deus ex machina no alude a una solución milagrosa, sino al misterio que emerge desde lo técnico: la aparición de lo sensible a través de la máquina, la revelación poética que sólo se produce cuando un artista tiene algo que decir en el presente que habita.
Porque como escribió el poeta español Ramiro Fonte: La vida escribe, sin pasar a limpio, los mejores poemas.
Texto y curaduría por Edu Fernández.

Biografía
José Manuel Fernández Pontigo (Carcaixent, Valencia, 1954)
Fotógrafo autodidacta con una trayectoria dilatada y ecléctica, José Pontigo inicia su actividad artística en la década de los años setenta, consolidándose como una figura activa dentro del asociacionismo fotográfico en distintas comunidades autónomas. Fue socio de la AFFA (Asociación Ferrolana de Fotografía Artística) y de la Agrupación Fotográfica de Villaviciosa, Asturias, de la que llegó a ser presidente en 1985. Asimismo, participó como miembro fundador de la Federación Asturiana de Agrupaciones Fotográficas del Principado de Asturias, contribuyendo a dinamizar el tejido cultural y expositivo de la fotografía en el norte de España.
Su obra se expuso en numerosas muestras colectivas, entre las que destacan la Internacional de Gante (Bélgica) y la exposición itinerante Nuevos paisajes de Asturias (1987-1988), consolidando un lenguaje visual que combina el rigor técnico con una sensibilidad por el paisaje. Durante los ochenta y noventa obtuvo importantes reconocimientos, entre ellos el Premio Fotógrafo de Asturias en dos ediciones (1986 y 1987), el tercer Certamen Fotográfico de L’Hospitalet de Llobregat (1986), el primer premio en el concurso Nueva Acrópolis de Oviedo, y galardones en certámenes de Gijón, Villa de Nava, Luarca, Betanzos y O Grove, así como varias distinciones relevantes en concursos laborales y sociales. Su trabajo fue recogido en catálogos y publicaciones especializadas, especialmente en el entorno asturiano, donde su obra tuvo gran difusión.

A partir de la década de 2000, su actividad se fue transformando en una dedicación más centrada en la producción artesanal de copias y el coleccionismo de cámaras fotográficas. Este viraje refleja una voluntad de profundizar en el conocimiento material de la imagen, priorizando la experimentación y el estudio del proceso fotográfico sobre la proyección pública. Hoy, su trayectoria es testimonio de un compromiso constante con la fotografía como medio de creación y como forma de pensamiento, que abarca tanto la práctica artística como la conservación técnica de la fotografía.
