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Felipe Zapico: Nordés/Una antología disparatada.

 

 

Felipe Zapico nos trae una abundante selección de sus series de VisionES: florEs, H2Olas, Deprisa deprisa, fumata, perpetuummobile, Ohcielos y bichos, además de GRAJOS y exposiciónclandestina.

Compartir con Felipe la tarde del viernes nos ayudará a poner el orden que sea posible en este ejercicio fotográfico masivo y provocador.

Felipe Zapico ha hecho desde hace algunos años de la Fotografía su principal fuente de expresión. Todo de lo de Zapico es un jaleo, pues su poesía jalea a los asistentes de la ferrolana Semana da Poesía Salvaxe desde hace varias convocatorias. Y jaleo, que no ruido. Tampoco hay muro que se le resista, en el stencil tipográfico, la exposición clandestina o el cartel apócrifo. Él mismo es un pedazo de historia del rock insurgente y rugidor de este país tan extraño a arrebatos contra-culturales, salvo cuando se trata de evocar viejas postales de tiempos pasados en los que los que ahora están firmes eran jóvenes que veían en el desacato un bonito tocado para sus cabelleras más o menos hirsutas.

Fotográficamente, Felipe Zapico no practica el santo sacramento de moda de la narratividad fotográfica. ¿Narratividad? ¿De qué? ¿De cuál cuento?

Las series fotográficas de VisionES, y las siguientes y venideras, se asientan lejos de cualquier supuesto cuento fofo, fuera de la enumeración catalogórica, insumisas a dejarse adocenar más allá de la invocación de un tema que se vuela despedazado como hojas vivas de un bosque bajo el ataque de un otoño de furia.Imágenes que revuelan sin hilos condicionantes, que se pueden recombinar, que son una masa de aguacero, de bandada o de tropel invocando las múltiples visiones que gritan arrebatadas a cada instante y que no son sino las miradas que la vida nos devuelve, nos clava y con las que nos zarandea, agarrados por las solapas de nuestras queridas ficciones ciudadanas.

Y perdonadnos si así os hemos desvelado aquí el secreto de la intención de las fotografías de Zapico, ese anarca que quiere que nos desacomodemos en una exaltación poco reverente con el orden desolador de la rutina.Otro día hablamos de Provoke y de Fukase, que también. Pero no queramos aplacar con clasificaciones y con historias este caos que nos promueve a humanos exultantes en un apogeo dadaístico-fotográfico.

Y ni que decir tiene que esta exposición no dejará de ser tan interactiva e intermundana como todas las suyas.Invitados quedáis a este viento de Nordés que sopla con un intenso galimatías pleno de sentido.

Para terminar, unas palabras del propio Felipe Zapico acerca de sus grajos:

«Me encuentro pájaros de continuo. También los persigo, los acecho y sobre todo los envidio.
Busco cuervos, pero me son esquivos. Pero la fortuna me proporciona grajos, por aquí y por allá, en vuelo o en el suelo, cables o postes. Bandadas entre las choperas (donde suelen anidar) y al borde de los caminos.
Grajos, brilláis y el destello del negro Fukase se me aparece a cada disparo.
Por si no lo sabes todo lo que hago ya lo han hecho otros, pero yo.
El discurso en lo creativo se utiliza para despistar. Yo no despisto».

 

 

Texto del catálogo de VisionES:

Felipe Zapico aprendió rápido que la línea que dibuja la norma esta hecha con un lápiz de mina blanda… le costó menos tiempo difuminarla con su dedo y así poder pasearse sobre ella sin que ellos supieran si estaba dentro o fuera.

            Encontró también rápido algunos compañeros de camino, entre ellos, uno muy especial le ayudo a crecer, a crear, a componer. Un amigo de su juventud, al que no abandonara nunca “El Punk”,  que se convirtió rápido en una gran ayuda con su ideología de protesta y autoexpresion… también fue rápida su mirada al pasado, él se paseaba por la difuminada línea de la desobediencia y observo que no era el primero, que formaba parte de un proceso de ruptura que existía ya a primeros del siglo XX, fotógrafos como Alfred Stiegliz, Paul Strand, Demarchy, Hennebrug entre otros, habían comenzado a crear los cimientos del Dadaísmo, el gran punto de inflexión del arte  y que supuso la ruptura absoluta con el academicismo, nació “el arte contra el arte”, desobediencia  total a las estrictas normas impuestas  para poder crear… una parte de la sociedad  tenía la necesidad de desobedecer para avanzar, había que dejar atrás las normas y crear libremente. La Obra de Felipe Zapico esta ampliamente marcada por esa desobediencia que surgió de estos acontecimientos y de los que aparecieron  posteriormente, tanto artísticos como sociales y que tanto cambiaron la sociedad y el arte.

            Felipe Zapico crea así su visión antisistema, limpia, seria y que acostumbra a volverse radical… esta, junto con  una actitud nómada tanto física como mental, quizás para que su creatividad le deje vivir, hace que las obras de Felipe Zapico sean sus afilados colmillos para expresarse… pero, es en su obra fotográfica es donde Felipe Zapico se muestra más relajado, más condescendiente consigo mismo, donde aparece la visión mas amable, más intuitiva y mas fugaz de él.

            Llevar su obra fotográfica a una sala de exposiciones no resulta sencillo, él no se presta a jaulas ni rediles y he encontrado en las redes sociales su principal espacio expositivo , estas le permiten moverse relativamente libre, desafiando a la sorda y asfixiante censura que en nombre de algún dios quiere amordazar su libertad de expresión de vez en cuando… siendo estas principalmente su espacio expositivo.

            VisionEs es una adaptación de una obra fotográfica que fluye… que no se detiene, sus fotografías son nómadas, para espectadores efímeros habituados a mensajes fotográficos constantes, la exposición crea para ello unos tendederos fotográficos, donde la obra se expone apilada para ser tocada, poseída… Para poder ser cambiada de lugar, los tendederos constituyen por sí mismo un collage de fotografías temáticas donde el autor en su serie de Flores, insectos, olas…. muestra la belleza, la fuerza natural, la libertad, la monotonía, la destrucción… de un modo directo sin que ni el soporte ni la calidad de impresión, puedan ser  motivo de otro tipo de visión  banal.

            Son fotografías de sentimientos, en manos de sentidos libres… capturas de instantes intuitivos que no responden a normas., la fotografía en Zapico se crea libre dentro de él, viaja a través de sus manos a un dispositivo que las captura, la única herramienta imprescindible son sus ojos… quizás Felipe, los instantes también son desobedientes…

Fernando Cabañas

 

 

Autobiografía fotográfica:

¿También fotografías? Pues si.

Felipe Zapico Alonso, leonés tirando a apátrida, pero de la Avenida de Nocedo a muerte.

Siempre me encantó el olor a líquidos fotográficos del estudio de Foto Film al principio de Padre Isla, donde mi madre me llevaba a hacerme toda clase de fotos, y aquella enorme cámara de madera donde Sotero metía la placa de vidrio, quitaba la tapa al objetivo y empezaba la magia que al cabo de unos días ibas a recoger en un sobre encerado y brillante en forma de fotografía perfecta, milagrosa decían, incluso llegaron a decirle Foto Fátima, por los efectos milagrosos que obraba las más de las veces con un resultado final que mejoraba la realidad.

Mi afición por la fotografía se la debo a la primera hostia consagrada que recibí ya que mis tíos me regalaron una maravillosa Kodak Instamatic ese día. Con ella hice muchas, muchas fotos, bueno tantas como pude costearme el precio del carrete compacto y su posterior revelado, en aquel formato cuadrado. Pero la fiebre se pasó, seguramente la adolescencia encontró cosas más divertidas que hacer.

Tiempo después y con una Voigtländer Vito B, con su magnífica funda de cuero marrón recorrí muchas plazas de toros haciendo fotos a mi hermano, muchas, pero muchas. Esa cámara siempre me ha parecido maravillosa. Era prestada y en su momento volvió a su legítimo dueño, una pena.


Así las cosas y necesitado de una cámara, con el primer dinero que gané, metiendo sobres para el referéndum de la constitución, me compré una Canon AV-1 en Óptica San José-Radio, que así se llamaba el sitio, en Ordeño II, donde además tenían discos…pero esa es otra historia.
Y esa cámara es la que me ha acompañado el resto de mi vida, es más recientemente la he resucitado para volver a realizar fotos analógicas que se pueden ver en esta Web, http://carretes.aminus3.com/.

Y llegó lo digital, y tardé en apuntarme, pero cuando me tiré a esa piscina ya no ha habido quien me saque. Mi primera cámara fue una Canon IXUS 700, porque aparte del precio desde el primer momento tomé la decisión de que debía tener una cámara que fuese siempre, siempre conmigo, que no fuese necesario acarrear bolsas extra ni complementos. Y claro la experiencia fue maravillosa, a pesar de los duros momentos personales que sucedieron. Disparar sin tener que pensar en el precio del revelado….lo mejor y lo peor, hacer fotos con compulsión hasta que se te pasa un poco la cosa. Pero la cámara se me perdió…aunque después apareció, pero como ya no podía estar sin cámara me compré otra.



Así es como apareció entre mis manos la Canon IXUS 900Ti, negra brillante, que me ha acompañado los últimos años hasta que una avería nos ha separado, espero que momentáneamente. Con las fotos de esta cámara están hechas la mayoría de las fotos que tengo en la Web http://zapico.aminus3.com donde comparto algunas de las fotos que hago desde el año 2007, aunque donde de verdad comparto es en los álbumes de Facebook, donde tengo tres series principales, Dazibao, todo lo que veo en las paredes allí por donde paso, Paseos, todo lo que veo en el mundo y Flower Power, el maravilloso mundo de las flores y las plantas y Bichos donde aparecen toda clase de animales con los que me cruzo.



La primera publicación que contó con fotografías mías fue la Revista Groenlandia en su Antología de Des-Amor, http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/antologia-desamor. En el próximo número aparecerán nuevas fotografías.

El año pasado desde el colectivo fotográfico Terra de Ningú solicitaron fotografías relativas al 15M para montar una audiovisual virtual y un exposición con material impreso, y me seleccionaron 3 fotografías, el montaje puede verse aquí http://www.terradeningu.com/galeria/index.php?album=143_15m_indignados. La exposición se desarrolló en el Centre Civic Can Basté. Del 17 de noviembre al 10 de diciembre en la sala Golfes de l’Espai Fotogràfic Can Basté.



Nunca he usado fotómetro, la profundidad de campo es algo muy profundo para mí, las reglas me son adversas, o las incumplo queriendo, tengo mucho respeto a los fotógrafos en general y a mis amigos en particular, que miden, piensan, dejan pasar más o menos luz, vuelven a medir, menean la cabeza, disparan, se arrepienten, repiten, obturan y desobturan, miden otra vez, no respiran…yo miro, disparo y a veces quedo contento, quiero contar, sería un fotógrafo documental, lo mío es contar con palabras o imágenes, quiero contar un cuento, espero que así sea.



Bueno también es importante que hago fotos por dos razones fundamentales porque me gusta y porque me da la gana.

Retratos de Traviesas nace de la ambigüedad, la ambigüedad en el título y en el interior. Siempre he tenido problemas al retratar a personas, no me ha gustado, ni siquiera a las más queridas. Pero un día paseando por una vía casi abandonada, vi a Polifemo guiñándome su único y enorme ojo, y me dije, aquí tienes material, y me dediqué a recorrer unos kilómetros de aquella línea férrea buscando traviesas con su título, con su nombre, y así hice esa serie que hoy forma parte de la exposición de Retratos de Traviesas, que tal vez cabalgue más allá de la fotografía, al llevar un nombre, que puede coartar la vista de quién lo vea, resultar una mirada dirigida, pero por supuesto siempre se puede ver lo que se quiera, pero las letras, las palabras, el nombre es importante, tal vez por eso se puede pensar que aúno mi pasión por las palabras, la fotografía…y desde luego por las traviesas.
La madera y el hierro desgastados por el tiempo y el clima se metamorfosean en otras cosas, caras, las piedras enmarcan o incluso marcan. La intemperie, da un halo a cada una de los retratos, personajes que te miran hieráticos, cada uno con su historia que contar, cada uno esperando una sonrisa, tal vez un abrazo.

Hace tiempo que tenía la idea de esta exposición, pero ha sido la apertura del St. Martino y tener unas ganas locas de exponer aquí, la verdad que es un local muy agradable, donde me encuentro muy a gusto y Chisco nos da cuartel con esa pared que nos presta para poner nuestras cosas, gracias Chisco por eso y por tus tapas, también apátridas.

Por cierto el catálogo de la exposición se puede ver pulsando aquí.

Felipe Zapico

 

 

Felipe Zapico, fotografía de Pako Pimienta

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