Eduardo A. Ponce ~ Entre puros y almohadillas – Taurofauna

En Exposición del 11 OCT al 5 NOV, de martes a viernes de 17,30 a 20,30. entrada libre. INAUGURACIÓN: 11 OCT, 11,30 AM

 

  

Eduardo A. Ponce (Sevilla 1966), bien conocido entre los exploradores de la Fotografía Ibérica por sus impactantes fotozines y otras publicaciones de tirada limitada, nos invita a disfrutar de un trabajo fotográfico, entre lo documental y lo escenificado, centrado en el particular cosmos de la afición taurina.

  

 

Ironía con un deje de ternura, pero sin concesiones, que es un retrato de los habitantes del festejo y de su peculiar voracidad de catarsis cruenta, siempre aherrojados a los símbolos de la sociedad estratificada para la que la rebeldía improbable sólo puede ser entendida (representada) como episodios de pureza irredenta, sin sentido, que culmina en el sacrificio que todos deben permitir, con el que todos han de recrearse. Un teatro que celebra la vileza autoritaria.
Fotografías que no se reducen al imaginario consabido sino que son un alarde de imaginación, de tejer una historia por los bordes, de dar a los ojos fiesta y a la mente la sencilla claridad de la crítica sin aspavientos.

 

  

 

Cuando llega el mes de abril en Sevilla, acontece un fenómeno que sólo se puede contemplar en esta ciudad y en este periodo estacional. Se trata ni más ni menos que del brote, a semejanza de esas exóticas plantas que florecen una sola vez al año, de una especie de aficionado a los toros que sólo puede avistarse con su florido plumaje en esa semana tan especial sevillana que todos conocemos como Feria de Abril.

 

 

Suelen acudir en masa a la plaza de toros de La Maestranza con sus mejores galas, haciendo visible ostentación de su afición taurina, elegancia peculiar y cierta iconografía tradicionalista. Se exhiben con orgullo y es mucho más que un simple postureo. Estas fotos que muestro, no son robados, son posados orgullosamente consentidos.
Disfrutad del espectáculo que se desarrolla entre puros y almohadillas, pero no dejad de reflexionar nunca sobre lo que representa en el fondo esta llamada fiesta nacional que tanto defienden estos aficionados y aficionadas.

 

 

Siendo yo muy niño, mi padre me llevó un día a los toros. Me llevó muy ilusionado a ese bautizo de la fiesta nacional. Sin embargo, finalizado el «espectáculo», quedé tan impresionado que desde entonces no he vuelto a asistir a una corrida de toros. Nunca me lo dijo, pero tengo la convicción que ese día lo defraudé. Soy el autor de las fotos que habéis visto, pero también soy el niño que oculta su cara tras la mano de su madre mientras lo hace entrar en la plaza. El motivo de ese gesto creo que es fácilmente comprensible.

Eduardo A Ponce.

+INFO: https://www.instagram.com/eduardoafoto/